¿Por qué es importante la aprobación del Senado al reconocimiento de la sordoceguera como discapacidad única?
El Grupo Parlamentario de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea ha impulsado con éxito una moción requiriendo el reconocimiento legal de la sordoceguera como discapacidad única. A continuación, explicamos cuál es la importancia de este trámite
27/01/2017

La sordoceguera es una discapacidad única. La realización de un censo es una reivindicación histórica de la FESOCE
La Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Senado acordó por unanimidad este miércoles 25 de enero la moción que insta al Gobierno a incluir la sordoceguera como discapacidad única a efectos de valoración y reconocimiento oficial.
La moción, defendida por la senadora de Unidos Podemos, María Pilar Lima, instaba a:
- Incluir la sordoceguera como discapacidad única en el Real Decreto 1971/1999, de 23 de diciembre, de procedimiento de reconocimiento, declaración y calificación del grado de minusvalía, con ítems que declare y califique el grado de discapacidad acorde a sus características propias.
- Realizar una valoración especializada para la obtención de los recursos que proporciona el derecho a la autonomía personal para las personas en situación de dependencia.
- Reconocer la sordoceguera como discapacidad única atendiendo a la Declaración del Parlamento Europeo sobre los derechos de las personas sordociegas y se contemple dicha discapacidad como única en cuantas disposiciones vigentes obren en el ordenamiento jurídico español.
Todos los grupos manifestaron su apoyo a dos enmiendas. Una de adición, presentada por el PSOE que insta al Gobierno a elaborar, desarrollar e implementar un “Plan Estratégico Nacional de Detección y Atención Integral a las Personas Sordociegas”. La segunda, de sustitución, presentada por el PP y vinculada con el Real Decreto 1971/1999 y la Declaración del Parlamento Europeo.
¿Cuál es la situación actual?
La Ley 27/2007, de 23 de octubre, por la que se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas establece que las personas con sordoceguera: “Son aquellas personas con un deterioro combinado de la vista y el oído que dificulta su acceso a la información, a la comunicación y a la movilidad. Esta discapacidad afecta gravemente las habilidades diarias necesarias para una vida mínimamente autónoma, requiere servicios especializados, personal específicamente formado para su atención y métodos especiales de comunicación”. Es decir, ya reconoce no solo la singularidad de la discapacidad, sino también su impacto en la autonomía personal y la particularidad el tipo de intervenciones que requiere.
En su Disposición adicional sexta, “Atención a la sordoceguera”, la citada ley establece que: “El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales realizará un estudio en el que se determine el número de personas con sordoceguera, sus condiciones de vida y su ubicación geográfica, a efectos de determinar los centros de referencia que se deberán crear, así como el establecimiento de recursos más acordes con las especiales necesidades de este colectivo”.
El único intento conocido de poner en marcha el citado estudio demográfico fue en el año 2011, cuando la entonces ministra de Sanidad, Leire Pajín, aseguró que estaría listo antes de que acabara el año. Los resultados siguen sin conocerse.
Lo que sí es un hecho es que el estudio fue diseñado sin contar con esta Federación, ni con sus entidades miembro ni con las personas con sordoceguera que representan, además de con unos criterios que minusvaloraban la pérdida auditiva ante la pérdida visual. A todas luces un censo excluyente, paradoja cuando lo que se requiere es un registro que detecte todos los casos posibles, es decir, inclusivo.
Esta Federación lleva reclamando la realización de un censo desde su fundación, en el año 2008, como así lo demuestran nuestras intervenciones y publicaciones. A falta de este, esta Federación colaboró con la realización del estudio europeo “Evaluando oportunidades para las personas con sordoceguera (2014), fuente de la única cifra de estimación de población con sordoceguera en España, 238.000, y también de la alerta del crecimiento de la incidencia de sordoceguera entre la población de la tercera edad.
¿Atenciones específicas para la sordoceguera?
La ley 27/2007 estableció un punto de inflexión en el reconocimiento de la sordoceguera en el ordenamiento jurídico español, pero ese trámite no se ha traducido en recursos y atenciones adaptadas a las personas sordociegas, un colectivo amplio y muy diverso con características particulares caso a caso.
Esta Federación conoce y representa a menores y adultos, personas sordociegas congénitas y adquiridas, con o sin escolarización, dependencia, discapacidades añadidas, ayudas técnicas, lengua de signos, españoles e inmigrantes, y una larga lista de etcéteras. Sabemos bien que cada caso es diferente y que muy pocos están detectados y atendidos de manera acorde a sus necesidades. Muchos están infradiagnosticados, catalogados en otras discapacidades o con problemas mentales o de comportamiento. La correcta detección es el primer paso para el establecimiento de un plan adecuado de intervención profesional.
Aquí la importancia del punto 1 de la moción: Incluir la sordoceguera como discapacidad única en el Real Decreto 1971/1999, a efectos de reconocimiento, declaración y calificación del grado de minusvalía. Si el propio evaluador no puede comunicarse con la persona con sordoceguera o se limita a valorarlo en el espacio doméstico, un entorno seguro y conocido, poca posibilidad de acierto puede tener tal valoración y poco beneficio le prestará al evaluado un resultado más intuitivo que técnico.
Centros residenciales, hijos dependientes
Los recursos públicos también son escasos. Como queda recogido en el texto de la moción, existe un único centro para la atención de las personas sordociegas en España, en Sevilla. Es evidente que no puede afirmarse que las personas con sordoceguera reciban por igual las mismas atenciones según su lugar de residencia. Disponer de intérpretes o mediadores, además de ayudas técnicas, perro guía, logopedia y demás servicios específicos, no es un estándar generalizado en el colectivo. Los pocos servicios que a este efecto se prestan, provienen de entidades especializadas, tales como las que conforman la FESOCE.
Tampoco hay respuestas orientadas a prevenir el riesgo de exclusión social y pobreza que representa esta discapacidad si no se proporcionan las atenciones y la vigilancia pertinente. La enorme preocupación de los padres con hijos sordociegos dependientes es otra gran olvidada. En el mejor de los casos un centro residencial generalista o geriátrico son las opciones propuestas cuando la familia ya no puede hacerse cargo o simplemente ya no está. Centros sin ayudas a la comunicación ni soporte a la autonomía y con perfiles y ratios profesionales fuera de rango. Soluciones totalmente inadecuadas.
La enmienda de adición propuesta por el Grupo Parlamentario Socialista relativo a un “Plan Estratégico Nacional de Detección y Atención Integral a las Personas Sordociegas” presupone que el Gobierno debe proveer los recursos necesarios para atender integralmente al colectivo, así como la elaboración de este plan junto con las comunidades autónomas y los agentes implicados. A nuestro entender, esta medida garantizaría el imperioso soporte a esta discapacidad siempre y cuando todos los sectores se vean representados y atendidos en igualdad de condiciones.
¿Qué sigue en cuanto al reconocimiento de la sordoceguera?
Según lo dispuesto en el Art. 178 del Reglamento del Senado, dentro de los seis meses siguientes, el Gobierno o el órgano correspondiente deberán informar sobre el cumplimiento dado a citada moción. Dicho informe será publicado por la Cámara. Será entonces el momento de saber cuál es la situación de lo expuesto y la disposición a ejecutar medidas indispensables para la atención a la sordoceguera en España.
Es el momento del cese a la discriminación. Por eso es importante el reconocimiento de la sordoceguera iniciado por el Grupo Parlamentario de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea. Es el momento de comenzar a ser todos iguales.